sábado, 27 de noviembre de 2010

Siempre



Siempre hay algo de ocultismo en todo esto. Siempre buscamos un calzo para apoyarnos, para no caer de bruces sobre la cara llena de dientes. Siempre sabemos discreción, es más, depende de la hora ya no se llama discreción, se llama diferente.

Siempre hay un lugar al que volver, y es la Isla del Día de Antes, pero sí la podemos alcanzar, recostar la cabeza y comer un coco.

Siempre amanece, y es una llamada de atención. Hay días que amanecen y cambió el mundo.

martes, 2 de noviembre de 2010

Caminos hacia el laberinto.



Se podrán decir muchas cosas sobre las capacidades del internet para estimular la imaginación y la capacidad de análisis y reflexión sobre nuestra realidad, actual o pasada, o sobre la humilde condición humana. No obstante en ocasiones hasta podría afirmar que este mecanismo ultramoderno, que parte de la estructura del laberinto, puede resultar una sorpresa. En el sentido de que los resultados pueden ser inimaginables. Podría empezar esta breve genealogía con cierta invitación del Fabi a explorar unos textos de Norman Mailer y Zizek, este segundo me llevó a buscar una referencia sobre Ulrich Beck en Google, del que conseguí varios artículos y un libro. Con el libro di porque la búsqueda me llevó a una de estas páginas que albergan links que te permiten bajar archivos, por casualidad digamos, que creo es en donde reside la sorpresa del laberinto, seguí leyendo distraídamente unos resultados sobre textos de filosofía del arte, y uno en particular con un título sugerente: “Vida y muerte de las imágenes” de Régis Debray. Convencido de que tal forma de titular un texto evoca cierta capacidad para conquistar a un lector dispuesto, volví al buscador, que cuando uno introduce un nombre, el primer resultado, resulta ser de Wikipedia, la vilipendiada enciclopedia colectiva (Wiki) con aspiraciones que acaso ni Diderot ni D´Alembert hubieran sospechado. En fin, resulta que la historia de vida del francés es apasionante, nacido en 1940 en París, maestro de maestros, seguidor de Althusser y por ahí entonces simpatizante de la izquierda por decir lo menos, se decide a cruzar el charco para conocer la experiencia revolucionaria cubana, llega a intimar con Fidel Castro y el Che Guevara, creyendo profundamente en la capacidad de la revolución para cambiar el mundo, se embarca con el Che en la aventura boliviana. Puesto detrás de un fusil parece que su vocación para el combate era más bien moderada, por lo que se decide que parta del campamento rebelde, y se integre como periodista extranjero en algún pueblo perdido, sin embargo es apresado, y al parecer hasta soltó la sopa a la CIA sobre el lugar en que se encontraban las tropas rebeldes lideradas por el mítico guerrillero.
Gracias a la presión internacional llevada a cabo entre otros por distinguidos intelectuales franceses como Sartre y Malraux, el papa Pablo VI y hasta Charles de Gaulle, es liberado y pasa a compartir la experiencia también socialista del Chile de Allende. Defenestrado este último, vuelve a su país natal en donde milita tímidamente para terminar mandándolos a todas a la porra por diferencias “ideológicas” como es tan común en la izquierda. Muchos de sus textos versaron primeramente sobre el movimiento guerrillero latinoamericano y sus posibilidades transformadoras, desencantado de esta posibilidad dedicaría el resto de sus escritos a la crítica cultural, enfocándose principalmente en el novísimo papel de los medios. Así las cosas, en 1995 llegó a escribir el libro “Vida y muerte de las imágenes” el que, luego de enterarme de los recovecos del parisino me dispuse a bajar en menos de 5 minutos, en una versión .pdf bastante legible, y ahora espera paciente en mi disco duro ocupar la primera plana de mi pantalla.

*El de la foto es Debray

jueves, 19 de agosto de 2010

Clara

Clara ve como el pelo le escurre por los hombros sin prisa alguna. Los pezones curiosos se asoman entre la maraña, levanta la cara y ve la luz. Una luz blanca y absoluta que le incomoda las pupilas, pero ella sostiene la mirada. Quizá pensó que nunca es tarde para las resoluciones, se ató el pelo en una cola y se vio en el espejo. La misma de ayer y de antier, pero no la de mañana. Con la cabeza llena de humo, y el soundtrack cantándole que espere un milagro, suspira y piensa, y piensa y suspira. Clara cree que las decisiones son edificios inmutables, que los cariños se administran como las cuentas de banco, y que la indiferencia es una posición política que se aprende con los años. Clara todavía no sabe que las decisiones son siempre temporales, y que nada en realidad se soluciona. Clara sospecha que la mejor decisión es seguir viviendo el día, y dejando los platos para mañana.

Clara

Clara le pegó un grito a la nada, a la lluvia, a la oscuridad. La casa está habitada, demasiado habitada. En las esquinas, debajo de la cama y en el cuarto de baño, hay polvo que le es ajeno. Largos los días mueren sin empezar, la sucesión de las horas no son más que eso. El portón chilla o ruge -depende del ánimo- unas cuantas veces al día, ninguna trae novedades.
El baño rápido y necesario es un aviso de cosas por hacer, a veces tantas...
Clara le llama el momento del resumen, junta los haberes y los deberes y saca cuentas, siempre pierde, eso es la vida. Perder. Ceder. Convivir. Clara piensa que siempre va estar ahí, que tiene que estar siempre ahí. Las lecturas le sugieren que le llame resistencia, ella se sugiere que fue demasiado. Una mañana de verano con brisa, de esas que resultan insolentemente inspiradoras, se convenció de la palabra decisiones, esa que siempre rasga cuando se pronuncia, y rompe cuando se ejecuta.
Clara cambió de dirección, de número de teléfono y según creyó ella, de destino.

Clara

Entre las cacas de las gallinas y la gata que camina por el techo, que duerme a su lado en la cama, y la sigue despacio sin esperar nada a cambio, Clara despierta con la sonrisa de la soledad en las arrugas. Hace años que no hace falta bañarse o barrer, o levantarse temprano. Las convenciones sociales no se encargan de quienes a fuerza de voluntad ya han vencido al tiempo y lo tienen en una macetera en el patio para regarlo cada dos días.

Con la inmensidad de los años doblando las rodillas, la cadera y el brazo izquierdo que desde cayó en el centro no quedo muy bien, Clara hoy piensa que podría morir. Una muerte silenciosa y triste, digo triste porque siempre es triste la muerte. Los ojillos claros de la gata invocan cierto ritual antiguo, ritual de amigas que se acompañan sin decirse nada. Le da miedo morirse. Le da miedo dejar morir de hambre a sus fieles compañeros, pero sobre todo a la gata. Puede que puras excusas, le da miedo morirse, eso es todo.

El último de los miedos para ella ahora es el primero. Clara no sabe que la muerte la espera no ese día, que en particular pensó tanto y tanto en cómo morirse. Clara piensa cuál es la categoría de pecado para quién reza todos los días sin prisa el rosario de las seis. Podría tomarse más pastillas de la cuenta, intentar colgarse que es lo más difícil, o abrirse la ajada y leve piel con el cuchillo. Toma todas las ideas y las pone en el rosario, desiste, resiste, y le cuenta a Dios que quiere morirse, pero le da miedo. La muerte de Clara la veló casi hasta la eternidad a la orilla de la cama de un hospital, mientras un osteosarcoma insolente le habitaba los huesos.

Queja de la ciudad

Me gustaría caminar sin el sofoco de esta ciudad. La lluvia moja y después hace calor, un calor por dentro. Como si los vigilantes estuvieran bajo el suelo atizando la caldera de los temores, echándole leña al infierno. Ese abismo cercano, ese asusto desintegrador de la sociedad nacional del veintiuno. Es que ni la lluvia refresca lo suficiente, es que no basta para lavar los pecados de este pueblo. Vale hartarse del calor. De los vicios conocidos de los vecinos. Del confort del amor filial. Y el desamor. De la sangre brillante de la tv. Del juego de dos noticiarios que siempre juegan a ganar sin decirnos nada.

Y si supieras que me encantan tus putas esquinas.
Los edificios raídos de rutina.
Los bares de mi infancia.
Tus muertos.

He tratado de reconquistarte todas las noches de juerga. Miento si digo que no lo he logrado en la mirada complaciente de la gorda de Chelles, cuando en la madrugada adivina, o acaso sabe mi afición al pinto con huevos fritos.

Pero hoy. Hoy no me alcanza.

sábado, 17 de julio de 2010

Un concierto de rock.

Lo mejor del rock, es el rock. Esto implica una inversión de años, quizá unos doce o trece desde que el tipo de anteojos oscuros se me metió en la cabeza y empezó a ponerle letra a los fracasos y a los que no tanto, a las noches, madrugadas y tropezones, y a ponérles música, si, música rock. Lo que sospechábamos no pasaría nunca, pasó: Calamaro en Costa Rica. Vista la posibilidad del evento, las entradas esperaron pacientes por más de un mes hasta que el martes en medio de una amable lluvia de media tarde nos dispusimos con cerveza en mano a calamariar hasta el fin, cosa nada extraña esta, pero no habíamos tenido la posibilidad de que Andrés cantara en vivo. La fila no se hizo nunca, la lluvia siguió y todo indicaba que sería una reunión de amigos grande, minutos antes de las ocho las manos se despidieron de latas, cigarros, y todas las prohibiciones modernas. En el gimnasio el ambiente tenía algo de incertidumbre y un extraño vaho a alcohol, las luces se apagaron y se divisaba al Calamaro en una esquina, sin más, la banda se acomodó y empezó el chivo... los pasos a veces inciertos del músico me sugerían que tenemos el mismo problema los dos, vinieron sus tributos al rock y para cuando sonó El Salmón, el gimnasio era sólo buena vibra y rock. Un sonido confuso, que bien se merece un latazo para la producción, hizo poca mella en aquellos que autoconvocados sabíamos a lo que íbamos. Unos guitarros de lujo, un bajo impecable y un batero de las mil putas, eran el decorado para que la noche calentara, calentara y calentara. Fue evidente la conexión que hizo que el concierto creciera, Andrés agradecido hasta las manos de que en este pedazo de mundo también sabemos rockiar, no se cansó de decirlo al público y nosotros, de mercerlo. Dos horas y resto de Calamaro y todo se acabó, poco antes del final los tipos de amarillo caracterizados por su esupidez, parecían molestos con que saltáramos y brincáramos y apestáramos, pero de un muy buen molote y algunos manotazos no pasó. La Flaca decía que el fin era absoluto, y Calamaro decía que nos quería volver a ver, así que, a pesar de que un rayo no cae nunca en el mismo lugar dos veces... te espero en el mismo lugar, otra vez.

Este post no hubiera sido posible sin la compañía de los buenos amigos, la cerveza, el Jack Daniels y un coche blanco. Gracias a todos.
Al que quiera una crónica seria con el set list y detalles acá hay una
, a los interesados en leer un periodista que va a un concierto sin saber de que va, acá está.

lunes, 7 de junio de 2010

Con mucho cariño

Le dedico este post a Sobrado, a los obispos, a Juan José Vargas, al ex-arbitro con aires de pensador y a todos los que de buena o mala forma promueven el referendum del odio, con mucho cariño para ustedes, desde este lunes gris...

Acá está.

domingo, 9 de mayo de 2010

Welcome to the jungle.



En las nuevas corrientes del análisis historiográfico, Le Goff nos recuerda que la política está cargada de simbología, que los rituales en los que el poder se regodea suelen tener significados profundos que deben de ser investigados, como método para poder explicar la realidad política que nos rodea. El día de ayer se llevó a cabo el traspaso de poderes en la democrática Costa Rica, en medio de las coloridas comitivas internacionales , cierres de calles y un despliegue policial, nuestro hermoso país hizo eco de su "centenaria" democracia. En horas de la noche varias agrupaciones nacionales e internacionales le celebraron el traspaso a la flamante primera presidenta electa en estas tierras.
Pasada la media noche, las bombetas y el multicolor espectáculo de luces, me recordó a Le Goff y la importancia de los rituales del poder. ¿De qué se trata todo esto? la espectacularización de la política no la hace más democrática, el hecho de que los artistas doblen sus rodillas al poder, no quiere decir que este ha cambiado su orientación. El hecho de que ahora se escriba Democracia con luces de colores y trasfondo musical no la hace más cierta. El desempleo, la pobreza creciente, y las serias contradicciones que se dan en materia ambiental en el país, no dejan de existir porque un sabadito nos vienen a visitar hasta príncipes, y Blades toca gratis por la noche.
La legitimación del poder es una práctica fundamental de la sociedad política, en donde la principal tarea según lo plateara Gramsci es hacer que la sociedad civil se contente con el sistema de dominación. Es decir, si el pueblo está contento se deja mandar, y eso hace más democrática la democracia. A todo esto, habemos un buen sector que no nos dejamos desvelar ni encandilar por el poder y sus aspavientos, más aún, nos queda clarísimo que esto no es más que un circo, cuya función es distraer y hacer que todo sea más corrongo. Lo que pasa es que la corronguera no nos ayuda para nada, a quien ayuda, es a aquellos actores políticos cuyo interés es ser de lo más corrongo a los ojos del pueblo.
En medio de tanta ideología bien puesta, ya resulta natural la foto de los garrotazos y los jóvenes universitarios, pan de cada día, y a nadie le parece que esto riña en modo alguno con la democracia, en otras palabras son garrotazos muy democráticos. Mientras la indignación de ver a mis estudiantes tirados del pelo por la policía, crece poco a poco, se me hace el corazón un puñito cuando veo a la presidenta saludando chiquitos, mientras que un Perrozompopo, que se hizo un espacio en el pretil cantándole a los chancletudos, embelasado por los pelos de Obregón, ahora deleita un público de neófitos democráticos.
En resumen, la democracia lleva garrote, y al que no le quedó claro, mínimo antidemócrata vendepatrias. Este gobierno ya empezó, o ya siguió que es lo mismo, sólo les recuerdo que este, viene con presagio de Mal País.

martes, 13 de abril de 2010

Lucha contra el crimen, brutalidad y autonomía.



Instituciones como el Organismo de Investigación Judicial, y la Fuerza Pública son las encargadas de velar por la paz y tranquilidad de los ciudadanos costarricenses, en este sentido tienen el deber de perseguir a los criminales y sacarlos, cuándo se ha probado su acción delictiva, del lugar en donde se atrincheren. Hasta acá todo claro, el día de ayer el OIJ ingresó al campus Rodrigo Facio con el afán de llevar a cabo el arresto de un funcionario supuestamente involucrado en actos de corrupción. Este accionar que no tenía porque generar conflicto alguno, se vio entorpecido por la actuación de los efectivos policiales, los cuales en virtud de su investidura hicieron este ingreso de forma violenta y escandalosa, como si el mismísimo Bin Laden hubiera encontrado refugio en la casa de estudios. Frente a tal despliegue, el estudiantado, docentes y funcionarios, se apersonaron a reclamar por el atropello sufrido a la Autonomía Universitaria, por lo que, quiénes dirigieron el operativo, atemorizados posiblemente por los gritos y consignas universitarios, tuvieron la genial idea de llamar cerca de cincuenta efectivos policiales armados para que les defendieran de la agresión estudiantil. (Se sabe que pueden ser peligrosos, sobre todo si se juntan con los sindicalistas)
Es sin duda notoria la violencia y encono con que actuaron los oficiales del OIJ en contra de los miembros de la comunidad universitaria, el recurso de golpear indiscriminadamente quedo clarísimo en este despliegue, y al parecer un odio gratuito y simple.
La defensa de la Autonomía Universitaria no sólo es un derecho al que podemos apelar, puesto que está resguardada constitucionalmente, es un deber de todo ciudadano costarricense que se precie de vivir en un estado de derecho. La mancilla a esta condición institucional es inaceptable, más inaceptable aún la defensa a ultranza que hacen de sus gorilas el director de OIJ Jorge Rojas y el fiscal D´Allanese, quienes además parecen enorgullecerse del accionar policial. ¿Será que no vieron las mimas noticias que nosotros, en donde se ve claramente agentes entrenados, armados y con chalecos antibalas, empujando, golpeando y pateando como todos unos conocedores? La actuación de Doña Yamileth Gonzáles como defensora de la auntonomía de la principal casa de estudios del país, ha sido completamente apropiada.
A quienes en virtud de la eficacia policial defienden la violación de la Autonomía Universitaria, les recuerdo que la ineficiencia campea en el ámbito judicial, y no va a ser con la persecución de un fugitivo en el campus que esto se va a solucionar, la única solución que pueden esperar de parte de la Universidad, será cuando en vez de entrar golpeando a diestra y siniestra, se quiten lo gorilas y escuchen a los investigadores acerca de sus opiniones y resultados de investigación sobre la realidad nacional.
Me queda un pendiente, o acaso dos. Primero, ¿porque la reacción de muchos sectores frente al incidente ha sido atacar a la Universidad y a las personas que conforman su comunidad?, ¿hay un odio extraño para con la u? y el otro pendiente, es que por más brutos que sean en el OIJ y la policía, sabían la reacción que se iba a dar por su actuación. ¿Era esto lo que querían? ¿se quiere reinterpretar la Autonomía Universitaria? ¿a qué viene la provocación?

*La foto es de Ricardo Leiva

martes, 9 de febrero de 2010

Miedo al pueblo.


Después de tanto que se me ha revuelto la panza, como buen demócrata he terminado por aceptar los resultados de una elección más en el país. Sin pena ni gloria, pasé por las urnas y creí, de manera acaso ingenua, que el PAC tenía alguna posibilidad de llegar a competir por la primera magistratura. Quisiera despotricar contra el aparato mediático, la desinformación sistemática, la estupidez de Sobrado, o el manejo de los recursos públicos con fines electoreros. Pero en arreglo a la verdad, nada de eso me satisface, hoy me parecen argumentos sino triviales, calenturientos, que no por eso menos ciertos, pero si menos conclusivos.
Los datos son contundentes, Costa Rica gira a la derecha de manera clara. Los más afectados por las decisiones de los últimos gobiernos, son los que no dudan en apoyarlos una vez más, como dice Solís, siendo el PAC quién más habló de proteger el agro, los cantones agrícolas apoyaron el proyecto continuísta, o la pirotecnia de charlatanería de Guevara y su séquito de ineptos. Es común en países con extrema pobreza como Perú y Guatemala, que las masas empobrecidas voten la ultraderecha, producto suponíamos del analfabetismo y la pestilencia populista y demagógica que logra arrastrar a los votantes a las urnas. Sorpresa, los resultados de esta elección nos confirman que la educación tampoco nos hace inmunes a la estupidez y la inconsciencia.
Las cosas más interesantes le esperan al destino de este país, un cuenta chistes, que en mi humilde opinión lo hace bien, digo, lo de los chistes, logra levantar a un partido de la sepultura en donde lo enterró la corrupción. Hoy cuentan con una flamante fracción legislativa para ayudar a decidir el rumbo de este hermoso país. El más malo, como certeramente lo dijo mi estimado Fishman, logra levantar un partido sin estructura hasta un 20% de los votos emitidos, y logra también diez hermosas curules, que van a engalanar con sus impecables traseros durante cuatro años.
Es entonces que me doy cuenta, que lo que falta es política. El descontento que siento ahora es similar al de hace ocho, cuatro, dos años, y la solución fue el desencanto, la apatía, las patadas, los insultos en metralla. Hoy creo que el camino es otro, para combatir fenómenos como que un partido sin campaña, sin ideas, y prácticamente sin partido como el PASE lograra aumentar sus diputados a cuatro, y un partido, con ideas con ganas de trabajar y sacar el país adelante como el Frente Amplio se quedara en uno (por el que voté), lo que tenemos que hacer es política. Partidarios o no, hay que tomar posición, siguiendo más o menos al Pelele (comunicación personal) y no esperarse quince días antes de las elecciones para gritarle al mundo las decisiones políticas, como le ha acontecido al que escribe y a buena parte de conocidos.
En conclusión, las cartas están echadas, la oposición somos un puño que sabemos a qué y porqué nos oponemos, y creo también cómo. El oficialismo es una masa que no lo sabe, y que posiblemente si lo supiera también se opondría. La lucha es perder el miedo al pueblo para que se oponga.

martes, 19 de enero de 2010

Estados Unidos invade el país más pobre de América.


Para nadie queda duda que el terremoto en un Haití fue, y es, una catástrofe de mayúsculas dimensiones, debido no sólo a la magnitud del evento, sino al contexto social, político y económico que atravesaba la isla, el cual ya se había visto sumamente deteriorado por los cuatro huracanes que le azotaron en la anterior temporada de huracanes, por decir lo menos.
Frente a la tragedia, la comunidad internacional no se ha hecho de rogar, y por lo menos 30 países han enviado de una u otra forma efectivos a colaborar en labores de búsqueda y rescate, en repartición de alimentos y apoyo a las víctimas. Del resto del mundo el dinero es depositado en innumerables cuentas con el fin de aliviar tanta desesperación. Sin embargo, esta situación no es en absoluto novedosa en la isla, la que prácticamente no podría sobrevivir (si es que lo hace) sin la cooperación internacional, prueba de esto es que las principales agencias dedicadas a estas labores, perdieron parte de sus funcionarios en el desastre.
Ante la apremiante situación hay actores llamados a desempeñar una labor de primera importancia en el auxilio a la población afectada, en este caso, sin duda alguna, los Estados Unidos se destacan con su presencia. Al menos diez mil efectivos militares desembarcaron en la isla, entre los que se cuenta con personal calificado, tanto en las labores de rescate, como médicas, técnicas y de seguridad. Despliegue que vedría a apoyar a la ya importante presencia de cascos azules que se establecieron en Haití desde 2004, cuyo emplazamiento garantiza la paz y el orden, que el estado haitiano, por su invisibilidad, se veía y se ve, imposibilitado de realizar.
Ahora bien, este desarrollo de los acontedimientos ha despertado la intriga de, digamos, cierta izquierda preocupada por el Imperialismo Yanqui, en donde se destaca que la forma de llevar acabo el desempeño logístico de parte del Imperio, consiste en crear un caos, limitando el acceso a la comida para las vícitmas, y de esta manera justificar la presencia indefinida en la Isla, es decir llevar, a cabo una intervención militar. Lo que se vería sustentado por un montaje mediático de parte de las cadenas de noticias en donde se primaría la violencia que se desata en las calles. Cosa que no he podido constatar. En todo caso la violencia que se desata en medio del hambre y la desesperación es usual en este tipo de situaciones, de ahí que las misiones humanitarias de la ONU estén acompañadas generalmente por la presencia militar de los cascos azules, quienes velan por la integridad física del personal, y de las mismas vícitimas.
Es evidente que la situación haitiana es precaria en todos las dimensiones, así lo atestigua el puesto 146 que ocupa en el Índice de Desarrollo Humano que realiza la ONU entre 170 y tantos países. Esto sugiere, con algo de perspectiva, que Haití NO posee recursos que tienten a los tentáculos de ninguna potencia mundial, no cuenta con las reservas de minerales raros que campean en algunos países africanos, con los que el Estado haitiano (si es que existe) comparte los últimos lugares del IDH, y en donde sí, los intereses transnacionales han dejado profundamente su impronta.
Ante esto surge la pregunta, (o al menos a quién escribe este texto): ¿Adonde está el móvil que llevaría a los Estados Unidos a la ocupación militar de Haití?. Uno podría ser, evitar un éxodo de haitianos hacia la potencia del norte. Escenario posible, pero poco verificable.
En conclusión, la situación haitiana ya era insostenible desde antes, y cuándo digo desde antes, podría argumentar que desde la ocupación francesa que terminó en 1804, y que gracias al cultivo intensivo de la caña de azúcar, causó un desastre ecológico sin parangón. Pero esto podría ser una exageración, si se quiere. Lo que es cierto es que la vida ahí es desesperante, entre la basura y la desidia estatal, cuesta que las esperanzas florezcan, sin embargo hay quiénes aún las albergan, y está muy bien. Lo cierto del caso es que la presencia, acaso apabullante de los Estados Unidos, ha levantado roncha en la exmetrópoli, siendo el presidente francés el primer ofendido por la ocupación estadounidense del aeropuerto internacional de Puerto Príncipe, seguido de Brasil, quién preside la misión de la ONU en la isla, y algunos otros países de la Unión Europea, sin que falte, evidentemente Hugo Chávez, quién ha denunciado la "ocupación encubierta" llevada a cabo por Washington.
A todo esto, mientras los haitianos mueren de hambre, o desangrados, o de dolor o tristeza, mientras la ayuda no llega. Hay quienes tienen tiempo de elaborar complejas teorías de la conspiración, en donde sólo les falta decir, que los gringos provocaron el terremoto, para llevar a cabo la ocupación.

La imagen es tomada de reuters.com