jueves, 19 de agosto de 2010
Clara
Clara ve como el pelo le escurre por los hombros sin prisa alguna. Los pezones curiosos se asoman entre la maraña, levanta la cara y ve la luz. Una luz blanca y absoluta que le incomoda las pupilas, pero ella sostiene la mirada. Quizá pensó que nunca es tarde para las resoluciones, se ató el pelo en una cola y se vio en el espejo. La misma de ayer y de antier, pero no la de mañana. Con la cabeza llena de humo, y el soundtrack cantándole que espere un milagro, suspira y piensa, y piensa y suspira. Clara cree que las decisiones son edificios inmutables, que los cariños se administran como las cuentas de banco, y que la indiferencia es una posición política que se aprende con los años. Clara todavía no sabe que las decisiones son siempre temporales, y que nada en realidad se soluciona. Clara sospecha que la mejor decisión es seguir viviendo el día, y dejando los platos para mañana.
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4 comentarios:
Estas cualidades "Iñárritu" tuyas siempre me han gustado. Cuánta gente se llamará Clara en el mundo? Buena seguidilla.
Me gustan mucho los tres, sobre todo el primero a excepción de "la sonrisa de la soledad" que aguevo se te ocurre algo mejor, pero bueno se compensa con la imagen del tiempo en la macetera.
Saludos y en hora buena el retorno al acomodo de palabras.
Esta muy intenso, como una condensación de frustraciones inofensivas. Me gusta
Que bueno que les gustaron. Tuanis por pasar.
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